En el ascensor, sus manos recorren mi cuerpo de una manera posesiva y muy seductora, mis braguitas se humedecen y le beso con furia. Me sorprende su habilidad para abrir la puerta con una mano mientras con la otra inspecciona cada rincón de mi cuerpo.
Me desnuda camino de la habitación y me promete el mejor sexo de mi vida, presiento que esto no acabara bien. Deja caer su cuerpo sobre el mío y se entretiene mordiendo mis pechos mientras los aprieta fuertemente.
-Te quiero dentro,¡ahora!.-le ordeno
-Ya está dentro,cariño- me informa.
¡Quien me mandaria a mi salir con un hombre de 8… cm.!
Madame G.
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